ARTES ESCENICAS: DFERIA 2021

dFERIA llega a su fin y su telón baja hasta el año que viene. Estos días, por varios de los escenarios escénicos de Donosti han pasado diversas compañías de teatro, danza,… Todas ellas acercando sus obras o producciones a programadores,… pero en especial a los espectadores, que día a día demuestran que hay hambre de cultura.

Espectáculos como HNUY de Kukai Dantza y Tantakka Teatroa, nos llevan a las raíces de la cultura vasca con un toque moderno. Como en todas sus puestas en escena, Kukai demuestra que los bailes tradicionales no son un mero recuerdo de las tradiciones o una conexión con cada antepasado vasco, sino que también puede ser parte del siglo XXI. Cada paso y movimiento tradicional, se convierte en algo natural y deja con la boca abierta a los espectadores, que no dejan de admirar el vuelo de los pies de los bailarines. Además, en esta ocasión, mezclan esos vuelos con otros movimientos más de tierra y más modernos.



Ama Kuraia

AMA KURAIA (MADRE CORAJE), producción del Teatro Arriaga, es otra de las producciones que se han podido ver en la ciudad. Una obra que no solo cuenta, la historia de una madre coraje en plena guerra y como hace lo imposible para salir adelante. La guerra y lo que ella acarrea (la barbarie, la crueldad, la tragedia,...) son otros elementos destacados en la obra.

Muy buen espectáculo que consta en su haber, con dos versiones (en euskera y en castellano) y una puesta en escenografía interesante. Si esto se añade al punto que señala la buena interpretación de su reparto, convierte AMA KURAIA (MADRE CORAJE) en una obra aún más redonda o completa. Por ejemplo, destacar el trabajo de interpretación de Ane Pikaza, Eneko Sagardoy y Mikel Losada. Tres hermanos tan diferentes pero tres actores con un talento especial.

De una obra en euskera (a pesar de tener versión en castellano), a una en castellano, pero que también tiene un contenido y mensaje potente: SIVERIA.

Una pequeña escenografía y tres actores (Sonia Almarcha, Adolfo Fernández y Marc Parejo), son los únicos narradores de una historia que nos acerca a la historia de Yelena, Kristof y su página web “que da apoyo a jóvenes LGTBI rechazados por sus propias familias”.


Foto: Sergio Parra

Quizás no se encuentren palabras para definir esta obra. Solo comentar el abrazo que te brinda. Dando calor a esos sentimientos, mentes y corazones fríos con los que se entra a la sala del teatro. Desde el comienzo hasta el final, el espectador se olvida donde esta y se sumerge enteramente en la historia, sintiéndose en el frio helador de Rusia.

Como en la anterior obra comentada, destacar la interpretación y sobre todo, esa parte final (lo siento va un pequeño spoiler) en la que Marc Parejo se arranca a tocar el piano y cantar. Un instante de la obra, en la que los espectadores contienen la respiración e intentan no parpadear, para no perderse ni una nota de la canción y de la voz de Parejo. Y no solo se queda ahí, ese instante sale fuera de las paredes del teatro y va pasando de una boca a otra, mientras los espectadores salen a la calle comentando la obra.

Unos días llenos de artes escénicas, que han hecho soñar, pensar, sentir y volar a cada uno de los espectadores que han pasado por los diversos espacios escénicos. Por último, agradecer a dFERIA por seguir apostando en subir el telón y a su equipo, el trabajo que han hecho para que sea así y encima, de una forma segura para todos. El agradecimiento se extiende a cada compañía, artista, técnico,… porque sin cada uno de ellos este festival, estaría vacío. Y gracias, por ser tan valientes y locos a la hora de sacar cada producción adelante. Mucha mierda en las próximas funciones.



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