CINE: FIRE ON THE PLAIN (2021)
Puede que esta sea una película que consiga dividir a los críticos o a los propios espectadores. Pero lo que si es verdad, es que es una película que muchos espectadores no esperan ver en la gran pantalla. Asia y acción muchas veces parecen no ir de la mano, a pesar de que cada vez más hay proyectos como "Tren a Busan". Quizás cuando se hable de Asia, venga a la cabeza del espectador, películas del estilo de "Una pastelería en Tokio" o cine de animación, como por ejemplo "Your name" (de Makoto Shinkai).
Y es que en "Fire on the plain" hay acción, pero no solo acción, como puñetazos, persecuciones o disparos. También, hay acción en el lado emocional de cada uno de los personajes, que juntos logran componer un grupo muy variopinto. Un grupo que evoluciona, pero sin perder la esencia principal que arrastra cada uno, desde el principio. Se puede encontrar, desde el hijo problemático, hasta la madre que pasa desapercibida bajo la gran presencia o sombra del padre.
Todos ellos viajan en una particular montaña rusa de emociones. Por ejemplo, el hijo en principio parece que no ve con buenos ojos la presencia de la otra jovem, en su casa, pero con el tiempo todo va cambiando y transformándose. Del posible odio o celos, pasa a un amor imposible de olvidar (aunque pasen años sin verse, él no olvida sus sentimientos hacia ella).
Otro ejemplo podría ser, esa misma joven. En la primera parte de la película, el director Zhang Ji muestra al espectador, una chica inocente, que lo único que quiere es irse al sur o mejor dicho, huir del pobre y frio lugar donde vive. De la inocencia, pasa a una especia de locura creciente y adicción a la morfina (a raiz de un accidente). El espectador, en esta parte, puede llegar a no entender bien que le esta ocurriendo o puede que no consiga conectar tanto, como lo ha hecho con la primera "versión" de ella.
A nivel más técnico, "Fire on the plain" esta bien hecha, con planos fáciles de recordar y con un trabajo de arte y vestuario excepcional. La historia esta situada en 1997. Al entrar en la sala, los espectadores retroceden unos cuantos años, para después avanzar en el tiempo, junto a los personajes.
Interesante propuesta de Zhang Ji que se ha podido ver en varias salas del Festival Internacional de Cine de San Sebastián. Ver películas así, en un festival, no esta nada mal.
Imagen: Festival Internacional de Cine de San Sebastián
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