CINE: MAIXABEL (2021)
115 minutos de duración, en los que los instantes rápidos (demasiados rápidos para mi) se mezclan con otros, en los que el tiempo parece no pasar. Rapidez y lentitud unidos, quizás consiguiendo una combinación no demasiado favorable para esta película.
Una de las cosas que destacaría seria la utilización de poco o casi nada de diálogos o voces en off. A veces, se quiere decir tanto con los diálogos, cuando con las expresiones, movimientos de cámara, planos estáticos,... se pueden contar tantas cosas. Por ejemplo, cuando llaman a Maixabel para comunicarle que su marido ha muerto, no hay dialogo. Solo le vemos a ella en el baño secándose el pelo, mientras oímos sonar el teléfono. La cara de ella y el sonido del teléfono, es suficiente para que el espectador entienda lo que la historia le quiere contar.
Otra cosa que ha llamado mi atención, son las composiciones de algunos planos. En el caso del ya mencionado instante de la llamada, tenemos a Maixabel reflejada en el espejo (ni siquiera la vemos verdaderamente en el plano, solo la vemos como un reflejo) y en todo el lado derecho, el pasillo que lleva al salón, donde suena el teléfono. Planos así, dejando a la protagonista a un lado (y no centrándola en la imagen) hacen ver que todo o casi todo es posible en el cine. Quizás otro director o directora, pondría el personaje en medio, dándole toda la importancia y atrayendo así, las miradas de los espectadores. Pero Iciar Bollain enseña que se puede romper esa "regla" (por llamarlo de alguna manera), sin dejar de darle fuerza al momento o sin dejar de dar al espectador la información necesaria.
Porque en el cine soñamos, recordamos y también, podemos viajar. ¿Y quien ha dicho que los recuerdos o sueños tienen que ser todos iguales? ¿O que todos tengamos que viajar de la misma manera?
Imágenes: Festival Internacional de Cine de San Sebastian
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